Crónica de un cosplay de última hora

Parte II. II

Bueno, merienda en estómago y perra en peluquería para perros (para quitarle toda esa lana de encima) me encaminé hacia el centro y, llegando veinte minutos tarde, fuimos raudos y veloces hacia la archifamosa tienda de Tejidos Marina.

Con un dolor de cabeza brutal y unas ganas de salir de ese sitio aún más apremiantes, elegimos las telas que compondrían nuestro atuendo: tela roja, negra, fieltro verde para la mochila de Jabba, y, en un encabezonado error, fieltro negro para la mochila de un Jawa. Mierda, ¿por qué no me has convencido de que la túnica era marrón en lugar de negra, leches? Poco poder de persuasión, narices.
Después nos hemos encaminado hacia la paquetería donde nos hemos hecho con los botones que harán las veces de ojos del Jawa y una cremallera más pequeña para la boca de mi monstruito.

Una vez de vuelta en casa y con mi camiseta subida, empezamos con la base para la armadura del bikini. No sé cuántas veces nos habremos clavado o pinchado con el alambre, pero las suficientes como para acordarnos. Y ahora tengo una rojez en el dedo índice de doblar alambre a la fuerza para que se amoldara a mis pechos o a mi vientre.

Mañana tocará empezar con Jabba y con el taparrabos y comprar la pintura dorada. A ver qué sale de todo esto. ¡Deseadnos suerte!
Por lo pronto hoy me he levantado antes para seguir practicando con la máquina de coser, ya más o menos hago unas puntadas decentes, pero mejor se la dejo a Bestia, que su madre le enseñó mejor.



PD: Hoy he leído el tercero de Lenore, ADORO a esa niña.