¿Qué es?

"¿Qué es una biblioteca?"

Aquella pregunta estuvo dando vueltas por la mente de Arnold toda la tarde, mientras ejercía sus quehaceres en el taller.
-"¿Qué es una biblioteca?" -Se repitió.

Maldita niña preguntona. Él había estado tan feliz toda la semana gracias a que uno de sus clientes más adinerados había tenido un accidente (y no es que él se alegrara de que hubiera accidentes de tráfico, en absoluto). Sin embargo, su hija Lilly se había aproximado a él aquella mañana y le había hecho aquella pregunta tan peculiar. Al llegar a casa debía contestarla.

-Pues... una biblioteca es... -el momento había llegado y Arnold titubeó. De niño seguramente había ido a alguna biblioteca municipal, pero ya no lo recordaba. Y allí continuaba Lilly, observándole con aquellos grandes ojos azules, expectante. El hombre todavía se preguntaba por qué tenía los ojos azules si su mujer y él eran morenos.
-¿Qué es una biblioteca, papi? -Repitió la niña al observar que la expresión de su padre se tornaba cada vez más retocida, como cuando veía la televisión.
-Pues... una biblioteca es... -retomó Arnold, saliendo de sus no demasiado profundas cavilaciones- un edificio con libros.
-¿Con cuántos libros? -Preguntó ella, abriendo más los ojos.
-Pues... cien -aproximó el mecánico. Tras una pausa se corrigió- quizá mil.

Lilly, tras escuchar aquella cifra tan grande, que todavía no había aprendido a contar (¡debían ser muchísimos libros!), se quedó pensando un buen rato. Arnold, conocedor de la curiosidad inagotable de su hija, puso los ojos en blanco y esperó.

-¿Y... por qué? -Preguntó la niña al fin.
Aquella pregunta sorprendió a su padre
-¿Que por qué hay tantos libros? Pues... supongo que estarán repetidos -desvió la mirada hacia el televisor - mira los dibujos, Lilly ¿no te gustan?
-¿Para qué sirven los libros, papi? -Dijo la niña, ignorando el intento de distracción de su padre, que de nuevo puso los ojos en blanco. Era un gesto bastante gracioso.
-Pues para leer, hija, ¿para qué van a servir si no?
-¿Y qué es la literatura? -Preguntó Lilly, incansable en su afán por desvelar todo aquel misterio.
-La literatura es... -Arnold volvió a meditar. En la escuela lo había aprendido, de eso estaba seguro. Recordaba a aquel escritor de nombre tan gracioso, era... vaya, no lo recordaba. ¿Cuántos años hacía de todo aquello? ¿Veinte? Jo, ¿cuándo pasaron todos aquellos años tan imperceptiblemente? Pero Lilly continuaba esperando una respuesta, así que improvisó- La literatura es... el conjunto de historias que hay en los libros -había sido una buena respuesta; satisfecho, se felicitó interiormente.
-¿Podría decirse que la literatura es una fiesta a la que acuden todas las palabras?

Aquella pregunta salida de los labios de una niña de escasos seis años, le sorprendió.
-Eh... sí, supongo que sí.

Dándose por satisfecha, Lilly dio media vuelta y se marchó por la puerta.
Tras algunos instantes de cavilaciones, Arnold la siguió hasta su habitación, donde vio que la niña se encontraba observando las fotos de una revista de moda de su madre. ¿Aquello era lo que leía su hija? De niño él había tenido cuentos infantiles, ilustrados con hermosos dibujos. ¿Qué había hecho con ellos? ¿Qué había hecho con su infancia?

-Lilly -Arnold se sentó en la cama- ¿quieres que la semana que viene vayamos a la biblioteca?
-¿A la fiesta de las palabras?
-Ajá.
-¿Habrá que vestirse de gala?

Arnold prorrumpió en carcajadas.