martes, 24 de septiembre de 2013

Vacaciones de verano

Este año no ha habido vacaciones de verano para nadie. Hemos tenido que ir ahorrando todo lo que hemos podido para poder sobrevivir un año en un país extranjero, así que mis padres han sacrificado sus vacaciones por mí.Y como me sabía muy mal, convencí a mi padre de que se cogiera una semana de vacaciones en la tienda, y propuse distintos tipos de planes culturales para hacer turismo en nuestra propia ciudad. ¡Y la verdad es que fue muy divertido! 

El primer día fuimos al Palmar, a dar un paseo en barca por L'albufera. Yo no había ido nunca (al menos no con uso de razón) y me pareció una visita súper bonita. 
Primero nos fuimos a tomar un refrigerio a un bar que había por el lugar (me había olvidado de desayunar y me había dado un mareo, con el paseo en coche y todo (porque mis padres y yo quedamos en sitios diferentes, y tuvimos que dar mil vueltas para encontrarnos)). Total, que después nos subimos a la barca y empezó el paseo. Fue muy gracioso porque el que conducía estaba haciendo prácticas, pero lo hizo muy bien.
Para el que no lo sepa, l'Albufera es un parque nacional, es como un lago al borde del mar donde crecen toda clase de plantas, y viven muchas especies animales, algunas en peligro de extinción como el Samaruc o el Farfet. Es muy conocida por la novela de Blasco Ibáñez "Cañas y Barro", y la serie de televisión que hicieron después.
El agua está así de turbia porque hay muy pocos metros de profundidad -creo que, máximo, tres-, y todo el fondo es barro.

Esas son las casas típicas valencianas (bueno, de antaño, hoy en día ya no vivimos ahí xD), se llaman Barracas, y ahí vivían los pescadores, aunque también hay barracas en las huertas. Es súper chulo, porque antiguamente El Palmar no estaba anexo a la ciudad, sino que era como una isleta aislada, y todos los pescadores tenían que coger su barca (de ahí que la barraca tenga su muellecito) para ir a la ciudad.



En esta foto se ve una garza. No vimos muchos pájaros porque fuimos en temporada de siega, y todos estaban en los arrozales (también muy cercanos a l'albufera) viendo qué podían rapiñar.


Una barraca en mitad del pueblo. Era preciosa.

Luego fuimos a un restaurante famoso a tomar el All i Pebre, también muy típico de aquí. Es un plato como de... es como una especie de guisado de anguila con pimiento y patata. Me gustó la salsa y la patata, pero la anguila sabía como a gelatina. Brrr. Luego fuimos a comer al paseo marítimo de la playa de El Perelló, y nos dimos un chapuzón.

El siguiente día nos fuimos al Castillo de Sagunto, que está, como su propio nombre indica, en el pueblo de Sagunto. Sudamos la gota gorda para llegar hasta allá, porque está situado en lo alto de un cerro que corona la ciudad. Y no se podía ir en coche. Y mis padres, que tienen desactivado el chip de padres, se habían olvidado de llevar agua y merienda.
El castillo de Sagunto es muy importante históricamente hablando porque es un lugar por el que han pasado todas las civilizaciones: íberos, romanos, godos, árabes... 
¡Y es un lugar gigante! Estuvimos varias horas para recorrerlo entero. Con decir que mi padre, a mitad camino dijo "paso", y se quedó esperándonos.
Por aquí es por donde se entra. Era una visita bonita, pero yo lo vi todo... no lo sé, como descuidado. No te señalaban en ningún lugar qué era cada cosa. Y yo, que estudio historia del arte, con cara de palo. No sabía reconocer nada. Vergüenza total.



Desde aquí, la vista del otro extremo del castillo. Eso que se ve al fondo es lo de la primera foto. Cagate lorito.
Es que la muralla seguía y seguía, y claro, pues nosotros seguíamos y seguíamos, a ver hasta dónde llegaba...


Ya me dirás tú si alguien puede saber qué diantres es eso. Pues no se sabe. O sea, lo sabrán los arqueólogos, porque lo que es yo...
Lo bonito fue entrar en algún tipo de habitación (o cuadra, o almacén, porque, como digo, nadie podía saberlo), y ver que las paredes aún tenían policromía, e incluso una cenefa con color. Me sentí... no sé, como conocer al personaje de un libro.

Después aprovechamos para visitar el teatro romano de Sagunto, pero fue un momento porque estaban a punto de cerrar. Además, lo del teatro romano tiene tela...

Los días siguientes fuimos a la playa y de compras, de lo cual no hay fotos reseñables. 

Lo bonito es que hace unos días More se enteró de que estaban haciendo visitas guiadas a un yacimiento íbero en Moixent, y que aquel fin de semana eran gratuitas. Se llama La Bastida de les Alcusses. Total, que el domingo para allá que fuimos. El pueblo es famoso por el hallazgo del Guerrero de Mogente.
Como no sabíamos muy bien dónde era, acabamos en el Museo de Arte Íbero del pueblo, donde se podía ver diferentes tipos de hallazgos a lo largo de la historia, desde la prehistoria hasta la época medieval.

Este es mi nombre con grafía íbera.

Después nos indicaron que teníamos que ir a las afueras del pueblo, donde un autobús nos recogería y subiría hacia el yacimiento que estaba, cómo no, en la cima de un cerro. Pero el paisaje era espectacular.

Y yo, que soy más de ciudad que los parquímetros, me emocioné mogollón al ver ¡burritos! Me encantan los burros, tienen una cara guapísima.

La visita estaba muy muy bien, para empezar era guiada, así que aunque sólo vieras piedras o muros, te decían exactamente qué era. Y estaba muy bien montado, porque además era como una especie de visita temática, con gente disfrazada de íberos que hacían un poco como un teatrillo. Esta temporada, en concreto, están explotando el tema de los mitos y las creencias de los íberos, porque ha habido un hallazgo de un ritual. Además era muy interactivo, porque cogían gente de entre los visitantes para hacer el tonto. Y mi madre, que tiene cara de panoli (siempre con esta cara -> =D) pues fue una de las elegidas.

Muros de piedra de las casas. Yo creo que en aquel lugar hubo una invasión zombie o alienígena. Es un yacimiento que está en la cima de un cerro, con un montón de casas (estimamos que, de lo que se ha encontrado, ya vivirían unas 700 personas), vivieron sólo tres generaciones y luego, con la invasión de otro pueblo, se marcharon, dejando joyas y utensilios por medio. Y luego no volvió a ser poblado, que es lo más extraño. Aliens.


 El pueblo, con todas las casas de los aristócratas.


Y mi madre otra vez, a la que cogieron de nuevo para hacer el tonto. Esta vez una sirena (¿la veis ahí al fondo?) le ordenó que pusiera unos clavos en una pira ritual que estaban construyendo. La pila en sí no era de verdad, pero sí que es verdad que hicieron una con los mismos componentes cuando hicieron la puerta de la ciudad.

Y ¡burritos!

Recomiendo fervientemente esa visita, se hace muy amena pero merece la pena ir hasta allá, porque no es una visita de dos minutos y puerta, sino que estuvimos un par de horas. Pero no se hace largo, en serio. Además, he aprendido a decir "hola" en íbero: ¡Salcubas!

En fin, y esas han sido nuestras vacaciones.

Un sugus para quien lea el post entero xD


(Madre mía, esto parece un anuncio de la Generalitat Valenciana para publicitar la comunidad. Ah no, que no sale la Ciudad de las Artes y las Ciencias).

2 comentarios:

  1. Oooooh!!!!
    Como mola Valencia!!!
    Y es que oye, a veces nos encanta irnos a tomar por culo, con perdón, y resulta que a la vuelta de la esquina, o aún más cerca, hay sitios geniales ^^
    Que guapetones estáis jajajaja
    Y por cierto, Lorena, que no tenía ni puta idea de cómo te llamabas!!!!! jajajajaja

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  2. Beh, ni falta que hace xDDD casi todos mis amigos me llaman Nep

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