El **** de la Bernarda

Así es mi cerebro ahora, el coño de la Bernarda (¿que por qué pongo la palabra "coño" en el post pero no en el título? Pues no lo sé, pero me parecía feo ponerlo ahí). 

Total, que por ahí pasan todas las pesadillas que quieras; menos de zombies -cosa rara- de todo ha pasado por mi mente en las últimas dos noches. Inclusive el clásico de que se te caen los dientes.

Y en todas, independientemente del género, estaba presente el tema de la nostalgia. De que, aunque aparecieran mis padres, o mis amigos, o quien fuera, yo sabía que no podía verlos a placer, y que estaba lejos. Y es una mierda, porque te despiertas con un mal cuerpo...

Y aunque estoy más o menos adaptada y voy aprendiendo el idioma y todo, me sigo sintiendo sola, y sigo teniendo ganas de volver. O de que vengáis todos aquí, no estoy segura.

En fin, que no sé de qué me preocupo. Bien sabéis que yo suelo tener muchísimas rachas donde tengo pesadillas todos los días durante una o dos semanas, pero siempre pasan. Supongo que la diferencia está en que si tenía una pesadilla en mi casa, siempre podía contársela a alguien nada más despertar, y así sentirme consolada. Pero aquí… en fin.

Que sí, que lo sé, que yo solita me lo he buscado. Que si quería mimitos de mamá me tendría que haber quedado en casita. Pero eso no quita que mi cerebro sea el coño de la Bernarda para miedos e inseguridades, y eso me fastidie muchísimo.