viernes, 26 de septiembre de 2014

Ojos con rayos X

Vale, he tardado más de un mes en actualizar el blog ¡pero tengo excusa! (Más o menos).

Con el comienzo de las clases la verdad es que no encontraba momento (o ganas) de actualizar con nada interesante, y después resulta ¡que me han operado de la vista! 
Llevo gafas desde los nueve años más o menos, y la verdad es que desde el primer año supe que no las quería y que no estaban hechas para mí. El hecho de depender de ellas, y encima no sentirme especialmente favorecida llevándolas... y encima cuando fui lo suficientemente mayor para llevar lentillas me di cuenta de que mis ojos, bastante sensibles (como todo mi puto cuerpo), no las soportaban más de unas cuantas horas. En fin, que estaba hasta las narices.

Como bien sabéis, este año me he ido de Erasmus, y como la beca, más que una beca es un reembolso de dinero, me concedieron el grueso de la misma cuando ya estaba de vuelta y lo tenía todo pagado, así que mis padres y yo pensamos "¿cuándo volveremos a tener este dinero todo junto?". Y aprovechamos para operarme.
La operación en sí fue muy bien. O sea, fue rara. Me tenían tumbada con un ojo tapado y el otro abierto rollo la Naranja Mecánica, y después de ponerme la anestesia (con colirio, nada de agujas, lo que es de agradecer), me empezaron a tirar chorros y chorros de otros colirios. Yo sólo notaba cosquillas y fresquito. Después empezaron a manipularme el ojo en plan... me pusieron algo y me dijeron "ahora no vas a ver", y efectivamente, fue como tener el ojo cerrado, a parte de notar una ligera presión. Yo tenía que mirar fijamente a un punto rojo que había sobre mí, así que no tenía mucho ratio de visión para saber qué me hacían exactamente.
Y cuando me pusieron los láseres... de repente olía a pollo quemado. Fue curioso.
Con el ojo izquierdo fue más o menos igual, pero me hicieron daño poniéndome lo de abrir el ojo; no sé cómo lo hicieron, si es que lo abrieron demasiado o me daban tirones con él, pero me estuvo molestando muchísimo. Y yo estaba demasiado concentrada en respirar y no salir huyendo presa del pánico como para decir nada. Al día siguiente me di cuenta de que tenía ese párpado hinchado, quizás por eso, pero no fue a más.

El mismo día de la intervención tuve que estar con los ojos cerrados y la verdad es que no hubo ningún problema, pero el siguiente fue un auténtico calvario. Era la misma sensación de escozor horrible de cuando cortas una cebolla bien fresca, sumada al dolor de cuando se te mete un bicho en el ojo. Por fortuna al día siguiente el dolor remitió y sólo se quedó en un ligero escozor.
Lo gracioso es cuando acabas de salir de quirófano y llegas a casa, que hacer cualquier cosa te da miedo por si se te salta un ojo. En plan... "dios mío, tengo ganas de estornudar, ¿y si se me salta un ojo?", luego estornudas y te das cuenta de que no, no se te saltan.

El caso es que ya estoy bien. Ayer en la revisión me dijeron que ya podía hacer vida normal (con moderación), y que poco a poco iría recuperando la vista cada vez más, aunque de momento estoy contenta porque ya llego a leer los subtítulos de las películas en la tele. 

En fin, el caso es que no dejo de darle vueltas a si ha sido una operación innecesaria. Es decir, a penas tenía dioptrías (1'5 y 1'75 de miopía respectivamente), y mi familia no es que nade precisamente en la abundancia. Con los casi dos mil euros que ha costado la operación ya podríamos habernos ido de viaje, y más teniendo en cuenta lo que se han sacrificado mis padres por mí mientras estaba fuera. No sé, ¿soy una niña mimada por haber permitido que me pagaran una cosa tan tonta y cara? ¿Soy una superficial por gastar semejantes cantidades de dinero sólo porque no estoy cómoda con las gafas? Sí que es verdad que todos los gafotas coincidimos en que poder ir a la playa y luego encontrar tu sombrilla, o despertarte y ver, es un lujo, pero aun así, tampoco estaba tan ciega como otros de mi entorno...

No lo sé. No me arrepiento, por supuesto, estoy más que feliz de no tener que llevar gafas, pero aun así, no sé si me siento culpable por haber gastado ese dinero en una cosa que, en realidad, es un lujo. Un capricho. 

En cualquier caso...

Bye bye, gafas!



(Dios, cómo se nota que hace tiempo que no actualizo, estoy desentrenada. Vaya montón de tonterías inconexas una detrás de la otra).

4 comentarios:

  1. No creo que ~una opración sea algo tonto, y tampoco creo que sean pocas diptrías! Si pudieros costeartelo fue por algo ;)... Piensa mejor que en un futuro podrás agradecerles eso a tus padres costeandoles algo tu :)!

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  2. A mi me parece que si tus padres te lo han ofrecido y podéis, es una buena inversión. No llevo gafas, pero me hago cargo perfectamente del suplicio que suponen (amén de los gastos a largo plazo, ¿eh?). Me parece que habéis hecho de cojón. No le des vueltas a si es algo vanidoso el gastarse en una intervención voluntaria la pasta, porque los ojos son salud, no vanidad ni tontería. Tienes unos padres generosos, y eso es una suerte...

    Tengo amigos que se han operado, y están encantados con el cambio. Ninguno se ha arrepentido de haberse gastado el dinero en eso ^^

    Me ha resultado muy curioso "ver" una operación de cerca, porque desconocía completamente los detalles jajaja

    A disfrutar de la vida, ahora que ya puedes tirar las gafas a la basura!!!! :D

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    Respuestas
    1. La verdad es que es un alivio que te cagas xD aún siento algunas molestias pero la diferencia es abismal, y cuando empiece a poder maquillarme otra vez y a salir y no tenga que estar pendiente de tener lentillas o verme guapa... ¡o para ir a la playa! Si está claro que las ventajas son muchas, pero claro...

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