Intercambio

La semana pasada deVice y yo hicimos un intercambio; yo le regalé a su Faeril un conjunto que tenía desde hacía un tiempo y ya no tenía posibilidad de utilizar, y aunque yo le dije que no tenía que darme nada a cambio, ella insistió en que prefería un intercambio en lugar de un regalo sin más.

El caso es que esta mañana, después de una noche mala (el gato ha dormido, literalmente, en mi cabeza) y de despertarme sin saber ni dónde estaba, el cartero estaba esperándome en la puerta.

No es de extrañar, pues, que me haya costado dios y ayuda abrir el sobre (porque estaba tan dormida que a penas sabía dónde tenía las manos).

Y voilà, aquí están los regalitos, ¡son un montón! Una libreta que al escribir en ella, proliferan las buenas ideas; lápices que ayudan al proceso; una monísima flor de fieltro y un Sorgen Fressen, un bichito que tiene la habilidad para comerse todos los miedos y ansiedades. Y para mí, que estoy hecha básicamente de eso, es una gran ayuda. Aunque el pobre va a sufrir un buen empacho.

Me han hecho todos una ilusión tremenda, y la pequeña carta me ha enternecido mogollón. 

Ya están colocados en su sitio, y el Polli está colgado de la puerta, bien cerca del escritorio por si se me ocurre algún miedo (ya está haciendo la digestión del primero), y a pesar de que es un bicho de lo más simpático, ya ha sufrido el primer embate de Loras.

Muchas gracias deVice.