Nudos marineros, de corbata...

Así tengo la espalda, como si fuera las amarras de un barco. Dios, mataré a la profesora de E.F por obligarme a hacer esos ejercicios raros. No veía nada tan retorcido desde que intenté aprender a hacer nudos de corbata.

Hoy mi subconsciente me ha regalado otra estupenda pesadilla, que majo. Y creo que esta se ha llevado la palma, porque, no se ha conformado con que presenciara (de nuevo) una invasión zombie, sino que esta vez le apetecía que viera cómo morían mis amigos uno tras otro desde las alturas (porque yo me había encerrado en mi casa). Bueno, que yo recuerde, sólo presenciaba la muerte de Malki, pero no sabía dónde estaba Bestia, y más preocupada no podría estar.

Y al final me quedo yo y dos amigas del colegio (what? ¿Ellas?) en mitad de una balsa de plástico en el Turia escuchando por la radio (?) que ya no hay ningún humano vivo en españa. Eso nos convertía en las últimas cuatro supervivientes, estupendo.

Y claro, como no podíamos escapar, pues digo "¿Alguna tiene un revolver para suicidarnos? Es que no me apetece morir con dolor" y dice otra "No, pero tengo cerillas" y mientras decía esto, había encendido una y la acercaba a su cabeza, y le respondo "¡Tonta! ¡La combustión en vivo es muy dolorosa!"

No me acuerdo de más porque poco después me desperté. No ha sido mi pesadilla de zombies más movidita, pero sin duda ha sido la peor. Me he despertado llamando a Bestia mentalmente, gritando que viniera a mi lado, buscándolo en la cama porque estaba tan preocupada por él, y tenía tanto miedo de cerrar los ojos y volver a revivir esa pesadilla, o de abrirlos y verlo todo oscuro...

Por dios, que se acaben ya estas pesadillas de las narices.

Ahora a menos cuarto empezaré a vestirme, que con la tontería he faltado a las tres primeras clases (y faltaría todo el día, porque estoy cansada y adolorida, pero una es más o menos responsable).

En fin, dulces sueños (aunque sean las nueve y veinticinco de la mañana).