Dicen que la mujer es el tesoro más preciado del hombre...

Hoy he tenido un bajón increíble antes de que Bestia se fuera. No sé por qué, simplemente no quería separarme de él. Obviamente siempre me duele que se vaya a casa por la noche y que yo tenga que quedarme sola en casa, pero hoy simplemente no quería, o más bien no podía dejarle marchar. Menuda la he montado, los restos del rollo de papel higiénico que he usado para consolarme continúan esparcidos por ahí, cual miembros arrancados después de una explosión (¿por qué siempre me salen comparaciones tan sangrientas?) con los que Nala (mi perra) se deleitará después en un... "peculiar" banquete. (Los pañuelos con secreciones humanas le encantan, y más si son de secreciones de color verdoso).

Últimamente no tengo ganas de acostarme por la noche, y el ambiente frío y solitario de la habitación no acompaña. Antes por lo menos estaba cerca del pc, en una habitación chiquitita que no dejaba paso a inmensa soledad...
No sé, ir a la cama, ducharme, caminar sola o quedarme quieta en algún lugar cerrado o a oscuras son de mis mayores temores últimamente (huelga decir que realmente mi mayor temor sería una invasión zombie), simplemente me aterra el momento de enfrentarme a ellos, y más sin compañía. Pero todo se verá, mi tutora me anima a recurrir a la psicología privada, pero no pienso traicionar a mis principios, así que todo se verá.

Anoche comencé el último libro de Isabel Allende que ha caído en mis manos (se lo regalé a mi madre, pero yo soy más rápida que ella leyendo y simplemente me da pereza empezar con el Lazarillo y con el Tirant lo Blanc) y cada vez tengo con mayor certeza que esta mujer no me va a decepcionar en ningún libro que lea. Nunca. Simplemente por el hecho de que Isabel Allende rebusca en lo más profundo de mi interior y toca cada uno de mis pensamientos y creencias para dirigirlas por el camino indicado, el que he querido seguir toda la vida. Sus novelas forman parte de mi filosofía del Escapismo Radical, y sólo por eso ya merecen un título de honor en mi estantería y el deseo escondido de conocerla algún día.

Pero bueno, todo llegará, primeramente tengo que centrarme en el concurso de las cartas de amor, porque ni siquiera tengo un nombre para el microrrelato este, aunque el de deVice me ha gustado bastante (thank you ^^). Ojalá tenga alguna posibilidad de ganar.

Bueno, corto y cambio ya que siempre tengo la manía de escribir parrafazos que harían dormir a una marmota (o, en su defecto, a mí). Ale, me voy a leer hasta que llegue Bestia, que me ha dejado un mensaje precioso en el Pc.



PD: Para Carlos (el profe de castellano) el relato está en la entrada anterior por si todavía no lo has leído.