Lo que más odio de las vacaciones cortas no es el mero hecho de que, como su propio nombre indica, que sean cortas (que también), sino el hecho de que, a pesar de que sean cortas (como su propio nombre indica de nuevo) los profesores parecen hacer oidos sordos al adjetivo y comportarse como si las vacaciones duraran meses. Malditos y crueles funcionarios.
Si fuera profesora no mandaría deberes por el mero hecho de que me daría pereza corregirlos. Y a mi lado tengo una montaña formada por papeles, el carpesano, el libro de historia, el estuche y el libro de inglés. Y aún voy por la mitad de las dos cosas. Ya ni menciono el libro de Valenciano, que no he podido conseguirlo.
En fin, será mejor que deje de escribir y me ponga a terminar algo. Vaya caca de vaca, jopetas.
Espero que los Reyes os aprovechen a vosotros, porque yo estoy hasta los mismísimos.
PD: Contra todo pronóstico, el libro de inglés me está enganchando, aunque el protagonista es un rato tonto.
te sientes identificada??? xDDDDDdd
ResponderEliminares broma tonta, te quiero mucho ^^
un besazo!