martes, 10 de agosto de 2010

Aviso

No os podéis imaginar qué indignada vengo del centro.

Hace un par de semanas las suelas de las rocking horse (mis amores T_T) que tengo se despegaron de lo que es el pie, así que fui a un zapatero que hay en el pasaje de al lado de la plaza de toros. Un señor que parece que lleve ahí toda la vida; vamos, que parece un artesano de los de antes.

El caso es que al recoger los zapatos me he llevado la sorpresa de mi vida: lo que parecía un arreglo fácil (nada más fácil que poner cola y pegar) había acabado siendo una gran escabechina. Me encontré que en una buena parte del zapato (en los dos) había restos de cola pegados. Y cuando digo restos, no digo gotitas y tal, digo RESTOS. Que había hasta en las cintas, y ya me dirás tú cómo coño acaba la cola en la cinta, que está totalmente alejada de la suela.

Cabreadísima por la chapuza, he ido a reclamar con mi padre y el zapatero ha admitido la culpa, pero en lugar de devolverme el dinero como yo le pedía, el hombre se ha afanado en que si queríamos, firmáramos el libro de reclamaciones (ya son ganas, coño, ¿vamos a meter a Comercio por medio cuando sólo quiero mis míseros 18€?) y de paso, ha intentado quitar los restazos de cola.

Unos diez minutos esperando a que el hombre lo consiguiera. Pero no sólo no ha quitado ni una cuarta parte, sino que encima, de tanto frotar, ha despellejado el zapato. Y se ha excudado en que "es que eso no es piel, es tal". Vamos a ver, se ve de lejos que no es piel, no soy zapatera y lo supe desde el primer momento, pero eso no es escusa para hacerme tal chapuza y estropearme el zapato.

Vamos, que al final me habría resultado mejor haber pillado cola de contacto y haberlo pegado yo. Seguro que no la habría liado ni la mitad que este impresentable. Incluso seguro que con la esponjita de don limpio hubiera salido toda la cola sin dañar el zapato.

En serio, estoy súper cabreada, y no sólo me jode que me haya estropeado el zapato, sino que encima me ha intentado colar 1 los restos del pegamento y 2 el despelleje del zapato, tomándome por tonta. Joder, no soy imbécil, voy a revisar el zapato con lupa para ver si está bien, no me des mierda y me digas que es morcilla.

En resumen: ni se os ocurra poner un pie en ese zapatero.

Huelga decir que no he visto mi dinero de vuelta.

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