viernes, 27 de enero de 2012

Childhood memories

El otro día me puse a hacerle tunning a la Rainbow Dash que me tocó en el happy meal, y me recordé a mí misma de pequeña cortándole el pelo a mi barbie Rapunzel, y luego llorando porque se lo había dejado muy corto.
Por suerte, ahora le tengo el punto cogido, y no soy tan animal.

Pero bueno, el tema de todo esto es ¿cuándo dejamos los adultos de hacer cosas divertidas?
A raíz de aquello me puse a pensar en todo eso que hacíamos cuando éramos niños, que era divertidísimo (¡y lo sigue siendo!) y en qué punto se acabó todo, y por qué.
A continuación pongo una lista de cosas que recuerdo que hacía, y propongo que, durante unos instantes, cuando tengamos oportunidad, todos lo hagamos.

-Bajar las escaleras con el culo. ¿Será por culpa de la lumbalgia que cuando somos adultos evitamos estas prácticas? Recuerdo utilizar las escaleras cuando no había toboganes sobre los que deslizarte, pero era incluso más divertido.

-Subir las escaleras mecánicas al revés, o bajarlas. Vale, vale, ya sé que esto implica que te vean bastantes personas ¡pero además de ser divertido, haces ejercicio! ¿Por qué la gente puede hacerlo en los gimnasios tan tranquilamente, pero en un centro comercial está mal visto? Lo mejor es provocar una caída en cadena.

-Hacer burbujitas en la leche con una pajita. Bueno, en la leche y en el líquido que desees (no recomendable en mercurio. Las burbujitas no salen bien). Yo creo que no hay placer mayor en esta vida, especialmente para volver una aburrida mañana de un lunes, en algo un poquito más divertido.

-Jugar al sambori. No sé si sambori es una palabra de estas que varían con la localidad y tal, pero el único sinónimo que recuerdo es "rayuela". Espero que se me entienda. Pues eso, jugar al sambori, y además, teniendo en cuenta que nuestras capacidades para dibujar y para crear nuevos retos estarán muy avanzadas, podemos hacer un súper sambori mortal de que te cagas, con trampas y todo.

-Correr por la orilla de la playa como un energúmeno, salpicando a todos los mayores y provocando que se acuerden de tu p*** madre. No entiendo en qué momento empiezas a notar en tu cuerpo las inclemencias del tiempo y la temperatura gélida del agua. No recuerdo haber cruzado ninguna línea que dijera "a partir de aquí, te meterás poco a poco y te cagarás en los niños que te salpiquen". Pero es un asco, era divertido meterse a lo loco. Pero ahora el agua está demasiado fría.

-Saltar a la comba. ¡Y yo era una de las pocas que sabía saltar con doble comba! Era tan chachi. Ahora sólo los boxeadores pueden saltar a la comba sin levantar miradas de sorpresa. Pero claro, ellos no cantan "te invito ¿a qué? A café ¿a qué hora? A las tres" No me imagino a Rocky invitando a té a Ivan Drago mientras salta a la comba, la verdad.

-Correr como un energúmeno por los pasillos de las jugueterías. Sin olvidar el detalle de utilizar todos y cada uno de los productos que no están embalados, véase espadas de gomaespuma y hoola hops, hasta que tu madre dice que pares, que "nos van a llamar la atención".

-El mágico momento en el que te duermes en el sofá y a la mañana siguiente te despiertas en la cama. Vale, nos llevaban nuestros padres, pero era un momentazo tierno de la infancia.

De momento no se me ocurre nada más, pero si a vosotros se os ocurren más momentazos de cuando érais dulces e inocentes, por favor, dejadme un comentario.
Un beso.

3 comentarios:

  1. Vaya, he olvidado el clásico de meterte los palillos del chino en la nariz, o meterte los ganchitos en la boca, dejando que salgan, y sentirte como una morsa o un vampiro.

    ResponderEliminar
  2. Chico de Relleno 4229 de enero de 2012, 6:38

    Y mezclar fanta con coca cola, aguantar la noche en vela esperando los reyes para que traigan los regalos, intentar usar un perro de caballo, pintar las paredes para decorar la casa pensando que haces un favor, regalar collares de macarrones el día de la madre, escribir un diario pensando que tú vida algún día será un best seller, pensar que cogerte de la mano es el sumun del amor...

    Lo mejor es que algunos afortunados mantenemos las costumbres e ilusiones sin importarnos la opinión ajena y con la misma ilusión.
    Yupiiiiiiiii, pompas de jabón

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...