sábado, 9 de febrero de 2013

The Hunger Games vs Battle Royale

 A raíz de haberme terminado hoy mismo la trilogía de Los Juegos del Hambre, y haber empezado un debate en facebook sobre si Battle Royale es mejor que Los Juegos del Hambre y viceversa, o simplemente una copia, he pensado que estaría bien expresar mi opinión en mi blog.

Estoy prácticamente segura de que no hago ninguna mención de ambos más que en el argumento que podría aparecer en una contraportada, pero nunca se sabe, así que ALERTA DE SPOILER.
Para comenzar, he de confesar que de Battle Royale tan sólo leí el manga y vi la película, porque no he tenido forma de encontrar la novela en castellano. A lo mejor, hay algún detalle original que tanto el manga como la peli no refleja y se me escapa, así que si ocurre eso, lo siento.

Bueno, desde que la trilogía de los Juegos del Hambre se hiciera famosa, no he dejado de escuchar críticas de que parece una copia flagrante de Battle Royale. Y yo opino que, si bien es cierto que tiene cierta reminiscencia, se trata de dos conceptos bastante diferentes. 

Para empezar, la ambientación. Los Juegos del Hambre, se desarrolla en un futuro casi postapocalíptico, donde Estados Unidos ha desaparecido para dejar caso a Panem, un país dividido en 12 Distritos, a cual más pobre, controlados por el Capitolio, el único lugar que tiene de todo en abundancia. 
Por lo tanto, nos recuerda al tipo de dictadura que llevarían a cabo los yankis; es decir, control de la población mediante trabajos forzados, explotación de los recursos de todos los distritos en favor de los ricos mimados del Capitolio, y el miedo. Es como deben estar viviendo cientos de personas en África bajo el yugo de grandes empresas como Nestlé o Cocacola. Explotan sus preciados recursos naturales para dárselos a los "grandes", quedándose con menos de lo mínimo para vivir.
Por otro lado, en Battle Royale nos enfrentamos a un "qué pasaría si Japón hubiese ganado la 2ª Guerra Mundial". Presenta las típicas características de una dictadura: falta de libertades, hermetismo respecto del exterior y fuertes castigos a los insurrectos. No es una dictadura muy diferente de la que nos encontrábamos a mediados de siglo con Franco o Pinochet. Sin embargo, la gente de a pie "tampoco vive tan mal". 
Teniendo en cuenta el carácter sumiso, frío, e incluso cruel, que los japoneses han mostrado a lo largo de toda su historia, me parece una dictadura bastante veraz, teniendo en cuenta las circunstancias y la época.

Por otro lado, también el concepto de los juegos es diferente; en Los Juegos del Hambre, como recordatorio de una insurrección fallida, cada año escogen a dos jóvenes, chico y chica, de cada distrito (los tributos) para enviarlos a una arena a luchar entre ellos hasta que sólo uno resulte vencedor. A mí el tema de los tributos me recuerda increíblemente al mito cretense de Teseo y el Minotauro ¿verdad?
Los Juegos del Hambre se utilizan en dos aspectos: uno, el miedo. Si hay algo peor que hacerme daño a mí, es que hagan daño a mis hijos. Todos los tributos pobres se inclinan ante el miedo que sienten por el Capitolio, que puede decidir sobre la vida y la muerte de sus hijos. El otro aspecto, sin embargo, se parece más al concepto de "pan y circo" romanos. Para la gente del Capitolio, los juegos se presentan como un gran reality show. Los tributos se forjan una personalidad para gustarles, para que apuesten por ellos y recibir, de esta forma, regalos durante los juegos. Los Juegos son televisados, y cuando cualquier joven se alza con el título de ganador, se mantiene en la memoria de los habitantes de Panem, pues sigue participando en los Juegos del Hambre indirectamente hasta su muerte. Incluso la arena (el lugar de combate) es manipulada por los Vigilantes, quienes se encargan de poner retos o trampas a los jugadores. Después, se convierte en un atractivo turístico.

Sin embargo, en la novela de Koushun Takani, el gobierno Japonés escoge una clase de tercero de secundaria al azar, para probar, según dicen, "la influencia de la sociedad imperialista norteamericana en las peligrosas mentes juveniles". Sin embargo, entendemos que es otra herramienta del sistema para manipular a la población mediante el miedo. Como en los distritos pobres de Panem, a la población no le gusta "El Programa", pero no pueden hacer nada contra él. "El Programa" no es televisado, los organizadores (agentes del gobierno) sólo disponen del collar guadalcanal para saber de las constantes vitales de los jugadores y oír sus conversaciones. Evidentemente, son archivos clasificados. El resto de la población no conoce más que el desenlace de ese brutal juego. 
Además, hay algo en "El Programa" que en "Los juegos del Hambre" en realidad no existe, que es la equidad. En Battle Royale, cualquier clase puede salir elegida, al azar, haya quien haya dentro. Sin embargo, en Panem los niños del Capitolio están exentos de jugar, y los de los distritos más ricos (el 1, 2 y 4) son entrenados casi desde que nacen, y la mayoría de las veces se presentan voluntarios para darle fama a su distrito. Los distritos más pobres, sin embargo, entregan niños malnutridos que no han podido levantar un arma en toda su vida.

Otra diferencia básica es la carga moral que lleva cada uno de los juegos. Si bien en "Los Juegos del Hambre", lo peor que puedes hacer es matar a tu compañero de distrito, en "El Programa" te ves obligado a matar a tus propios compañeros de clase con quienes, si tienes suerte, sólo has convivido tres años. Quizá tu mejor amigo o tu pareja se encuentre en la lista de asesinados. Son tus amigos, pero no sabes si puedes o debes confiar en ellos. En el otro caso, son sólo desconocidos que sabes que van a matarte. Ambos casos son terribles, eso es evidente, pero tener que matar a gente que conoces es un lastre ético que acaba anulándote como persona.

También es cierto de que por el hecho de haber cierto triángulo amoroso, la gente la compara con Crepúsculo. Vale, es verdad que el componente romántico, a mi parecer, sobra, pero añadir algo de amor en una novela no la convierte inmediatamente en una copia de Crepúsculo. Queridos lectores, ya había romance en las novelas antes de los vampiros brillantes.

Y creo que no tengo nada más que añadir.
Como conclusión diré que sí, tanto Los Juegos del Hambre, como Battle Royale se parecen. Pero son diferentes. Como todas las dictaduras, supongo.

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