Un día en el que me quiero vestir Lolita me despierto, como cada día, sacudida por el mazazo del despertador. Normalmente con un susto de aquí te espero.
Y aunque me desperezo casi tan glamourosa como Blancanieves, cuando comienzo a caminar soy incapaz de mantener una conversación que comprenda más allá de gruñidos neandertales. Además, como alguien me diga más de dos palabras seguidas, me mosquea.
Después de desayunar, preparo la ropa para meterme en la ducha. Y claro, viene la típica fase de "¡NO TENGO NADA QUE PONERME!"
Y después de tirarme un cuarto de hora haciendo el monguer en la ducha, me doy cuenta de que ¡llego tarde!
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Así que toca peinarse, maquillarse y vestirse a toda prisa
E intentas quedar así por todos los medios.
Total, que luego toca dar la vueltecita de rigor por el centro, o por donde sea. Y cuando llegas a casa con los pies doloridos y la cintura pidiéndote un respiro, te desnudas y te sientes...
Aunque de Lolita, y jamás me cansaré de decirlo, siempre me siento...
Tu día lolita es igual a los míos, pero sin enaguas. Aunque la tercera foto la podíamos dejar en mi caso hasta el final de la tarde... xD
ResponderEliminarPor cierto, me encantan las lolitas. No me extraña que te sientas en una nube cuándo sales así de casa (también he visto fotos tuyas de lolita y estás genial!! te sienta fenomenal ^^)
Ains, gracias u///u
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