Aluviones de fotos

Repasando los últimos posts me di cuenta de que no había subido las fotos de las "mini-vacaciones" en Torrente, así que aquí van.

No son nada especial, porque Torrente es un pueblo pequeño y no tiene mucho que ver, pero bueno, yo me divertí bastante.

Fuimos a un jardín botánico que hay por el pueblo, que aunque no es una maravilla... bueno, es bonito.

Tenía su palacete-casita que, la verdad, era muy bonito.

Y un par de pequeñas cascadas con una fuentecilla al final.

Después fuimos a ver lo verdaderamente interesante, la torre árabe, conservada durante siglos como prisión. No estaba abierta, pero a través del enorme ojo de la cerradura pudimos echar un vistazo a su interior. La verdad es que era muy bonita, no tenemos muchas torres árabes por la capital.

Una iglesia del pueblo.

Y otro día nos liamos la manta a la cabeza y nos atrevimos con una ruta que nos había dejado mi tía en un folleto. El lugar se llama "sierra del perenxisa" o algo así. Pensaba que sería una ruta bonita por el campo, pero tonta de mí, era una escalada constante hacia la cima quemada de una sierra (como su propio nombre indica). Nos perdimos al cabo de un rato, pues los mojones desaparecían y aparecían en el camino, y acabamos en una cantera donde estaba prohibido el paso a pleno sol del mediodía y sin agua (se nos había acabado). Ya imaginaba el titular "Dos domingueros idiotas hallados muertos en una sierra en Torrente. La policía aún se está descojonando de las converse que llevaba la chica para hacer senderismo."

Pero el sitio era verdaderamente precioso, mucha vegetación y hacía un día precioso.

Lo malo es que el verano pasado se quemó una zona bastante importante de la sierra, una verdadera lástima. Conforme caminábamos por los restos calcinados me vino a la mente Bárbol "Todos estos árboles eran amigos míos, criaturas que conocía como la corteza de mi tronco. Saruman... ¡un mago debería saber lo que hace!"

Y este es el barranco/cantera de marras, que tuvimos que atravesar por abajo hasta llegar a la carretera. Llegamos a una zona con chalés y llamamos a uno para que nos dieran agua, porque estábamos muertecitos.

Y ahí el cartel que prohibía el paso. Olé nosotros. Yo no quiero decir nada pero así empiezan las películas de terror.

Después de aquello no hicimos mucho más, fuimos a la piscina un par de veces y sobre todo descansamos e hicimos el vago, que es lo que mola hacer durante las vacaciones. La verdad es que me lo pasé muy bien, y nos vino genial tener intimidad y tranquilidad.