jueves, 3 de diciembre de 2015

Country Weekend VI

"La Greedy Mountain, en lo más profundo de los bosques de Eastwood, muy al norte de la pequeña aldea de Jägerville... donde ningún aldeano había llegado jamás. Este es el escenario de la Country Weekend. La tribu Pakuna ha sido expulsada de Jägerville, así como las personas afines a ellas. Escaldadas, indias y aldeanas regresan a la tribu para encontrarla completamente vacía. Algo ha sucedido, algo espiritual. Por otro lado, dos aldeanos inesperados hacen una incursión sorpresa en la tribu. ¿Qué pasará?"

Así comienza nuestra aventura, un rol en vivo muy sencillo con ambientación Western donde cada uno, con nuestros personajes, buscábamos la manera de resolver los nuevos problemas a los que nos enfrentábamos en la tribu de los Pakuna.
En resumen: ha sido mortal pero genial. Para empezar, la Country Weekend del año pasado la realizamos en unas casitas de madera en una especie de rancho, era genial y con todas las comodidades posibles, y muy auténtico, pero el año pasado hubo problemas con los dueños y mi hermano -uno de los fundadores- decidió que no la celebraríamos allí nunca más. Así que este año se ha vuelto loco buscando otro sitio, y con su secretismo habitual sólo nos dijo que íbamos a un lugar súper bonito, con muchos árboles, y que iba a hacer frío. Claro, yo con estas señas pensaba que nos íbamos al típico albergue cuando vas de Scout con muchas camas y tal. Así que me cogí lo mínimo para pasar frío, una capa muy auténtica y a la aventura. 
Pero no. 
Nos fuimos a la sierra de Penyagolosa ¡a dormir en tipis indios! 


El sitio estaba chulísimo. Nos lo estropeó un poco que a última hora vinieron un montón de domingueros y nos acamparon al lado, y claro, como llamábamos mucho la atención, de vez en cuando entraban familias sin ningún pudor (mientras comíamos tranquilamente, por ejemplo) a preguntarnos, y a hacer fotos. Pero bueno, dentro de lo que cabe es simplemente un inconveniente al que estoy más o menos acostumbrada. 
Pero lo peor no era eso. Lo peor era el puto frío que hacía. Y no es de extrañar, pues el Penyagolosa es el pico más alto de la Comunidad Valenciana. Y en pleno puente de octubre... te puedes imaginar el puto frío. Y los tipis eran abiertos, así que aunque nos dieron colchonetas y edredones, era... no sé, como intentar apagar un incendio soplando. Ojalá hubiese habido un incendio. 
Vaya, un frío del copón, como no lo he sentido en mi vida. El primer día no pudimos hacer mucho, sólo la presentación, donde encontrábamos la tribu (se me cayeron las bragas al suelo al ver los tipis, tan chulos y auténticos!) y poco más, pues teníamos que deshacer maletas y montar los tipis por dentro. Pero por la noche... juro que esa noche pensaba que iba a perder la punta de la nariz debido a la congelación, porque cada vez que la tocaba, la sentía tan fría que casi quemaba. Estaba acurrucada en la cama de lado, en posición fetal, y tenía la parte superior del cuerpo caliente, tapada por millones de mantas que me fui poniendo, y la parte inferior, la que tocaba el colchón, súper fría, por la enorme humedad que subía del suelo. Fue terrible, a penas pudimos pegar ojo. Yo pensaba en dormir en el coche, pero me aterraba la idea de salir del tipi y enfrentarme al horrible frío. 
Y por cierto, nosotros no éramos los únicos que queríamos refugiarnos del frío, porque tuvimos unas inesperadas compañeras de tipi: las arañas. No sé si me creeréis cuando digo que eran GIGANTESCAS. GIGANTES COMO EL INCREÍBLE HULK. GIGANTES COMO SU PUTA MADRE. Eran de esas patilargas, grandes como... *paseo la mirada por la habitación a ver si encuentro algo que se parezca a su tamaño* como el diámetro de una lata de Cocacola. 

A mí normalmente los bichos no me molestan (a no ser que sean cucarachas), pero cuando entras en un tipi en el que no puedes ponerte de pie (el nuestro era el más pequeño) y hay diez enormes arañas, (y algún que otro grillo), pegadas a las paredes... pues no puedes evitar ponerte a matarlas como si fueras el de la matanza de Texas. A saco. 

Al día siguiente la mitad del grupo se fue a las duchas a entrar en calor (las duchas estaban súper súper lejos y con una cola enorme de gente), y la otra mitad se fueron a Castellón, a hora y pico de camino, a un Decathlon a buscar sacos de dormir y tiendas de campaña de esas que se abren automáticamente, porque la verdad es que todos pasamos muy mala noche y no estábamos dispuestos a repetirla. Sin embargo el segundo día no pudimos jugar casi nada, pero las pocas que nos quedamos en el campamento intentamos poner al mal tiempo, buena cara y estuvimos charlando y conociéndonos mejor, e incluso tramando y confabulándonos para hacer avanzar la trama a nuestra manera. Total, una vez volvieron los héroes conquistadores (del Decathlon), montamos de nuevo las tiendas pero esta vez con ropa y mantas térmicas, tiendas de campaña y sacos de dormir. Esa noche dormimos de lujísimo. Creo que no he dormido tan bien en toda mi vida. Yo estaba dentro de la tienda de campaña, con las colchonetas, edredones, dos mantas, medias, leggins térmicos, camiseta interior, camiseta térmica, camisón y metida dentro del saco de dormir como si fuera un gusanito. ¡Y a salvo de las arañas! Dormí como una bendita. 

A la mañana siguiente todos éramos otros. Y ese día, por fin, comenzó la Country. En lugar de la Country Weekend, fue la Country Day, jajaja. Yo era la estilista oficial, así que puse a punto a las Pakuna e hice muchas fotos, y por la noche recité algunos poemas, Rosa y su hermana cantaron (cantan súper bien), nos hicimos fotos, nos reímos... empezaba a ser algo con sentido. Pasaron muchas cosas; fuimos a hacer una pequeña excursión a una fuente natural cercana, nos reímos, bebieron como cosacos, y, en definitiva, nos divertimos. En cualquier caso, el balance ha sido positivísimo y estoy deseando repetir. Pero esta vez bien aprovisionada desde el principio. 
Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo un buen capazo de ellas.








En definitiva, ya estoy esperando la Country Weekend VII

4 comentarios:

  1. Parece muy divertido, aunque lo del frio suena terrible ¡uff! solo de pensarlo me tiemblan las piernas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sólo te tiemblan las piernas, sino todo el cuerpo! Es terrible.
      Pero también es cierto que por muy mal que lo pasáramos entonces, ahora tenemos unas anécdotas graciosísimas que contar y ya sólo por eso mereció la pena.

      Eliminar
  2. Qué chulo!!! Excepto por el frío, claro... Me he reído un montón con el vídeo (Nep, que culo tienes, para la próxima sin enagua!! jajajajaja)
    Se nota que lo pasasteis genial, y todo el tinglado de los tipis es una pasada...
    Diría que molaría repetir en verano, pero seguro que no, porque si ahora había curiosos, entonces...

    P.D: dejaste a las Pakuna bien guapas!! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos pensamos que hubiese sido perfecto hacerlo en verano, por el tema del frío especialmente, pero bueno, supongo que todo forma parte de la experiencia de ser un verdadero indio del siglo XIX.
      El vídeo es la bomba, refleja perfectamente lo bien que nos lo pasamos aquel único día que pudimos jugar en serio. Cada vez que lo veo me entra la sonrisilla tonta.
      Y me lo pasé súper bien maquillando y peinando a las indias! De hecho volví a casa y me puse a buscar cómo podía haberlo hecho mejor y trucos para el año que viene.

      (Seh, yo y mi afición de enseñar mi ropa interior decimonónica. No me hacen falta muchas excusas para levantarme la falda, no xD)

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...