Pues eso, en un inesperado giro de los acontecimientos, Lorena, quien fue mi compañera de pesares durante el Erasmus, me invitó a acompañarla a ella y a una amiga suya de la infancia a visitar algunos pueblos de Girona con el propósito de seguir la estela de Dalí, uno de nuestros ídolos. ¿Y cómo iba a negarme?
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