No sé

No estaba muy por la labor de actualizar últimamente, porque desde hace un par de meses no estoy muy de humor. De hecho ha sido uno de los últimos posts de deVice el que me ha convencido, porque es verdad que a veces hay días de mierda, y temporadas de mierda. Pero malas, malas. Y mi persona actualmente está atrapada en una de esas temporadas de mierda absoluta, y mi ánimo hoy por hoy es el que tendría si estuviera viviendo una especie de segunda adolescencia. Sin ganas ni necesidad de explayarme, básicamente estoy enfadada conmigo misma y con mis circunstancias, y como lo uno es imposible de cambiar y lo otro no ayuda demasiado, pues aquí estoy, intentando saber qué hacer con mi yo.

Durante una temporada pensé que podría aprovechar este tiempo libre que el destino me ha brindado (con muy mala baba, por cierto), y dedicarme a desarrollar la idea que tenía en mente. Ya sabéis, el vómito de Frank Miller mezclado con el esperma de los hermanos Cohen... bueno, no me acuerdo. Esa idea, vaya. Y la verdad es que me entusiasmé. Creé en Pinterest, de hecho, una carpeta con múltiples consejos e ideas para escribir. Pero alguien me dio una crítica... ambigua. Una mala crítica, vaya. Que la idea no era buena. Quemarlo todo y empezar de 0, fueron sus palabras exactas. Y la verdad es que si tengo que quemar algo, será a mí misma, y a lo bonzo. Qué calvario, Jesús. Y así me he quedado, no sabiendo si mandar a la porra esa crítica y seguir a lo mío o... no sé. No sé.

Y se me han quitado las ganas de escribir en general, incluso mi eterna historia de 2013. Y es irónico, porque hacía años que no sentía la emoción de escribir, de sentir que estoy creando algo, pero es pensar en sentarme delante de la pantalla y se me cae el alma a los pies. De hecho últimamente he dejado apartado el portátil y me he dedicado única y exclusivamente a la lectura.

Ay, si hubiese un trabajo donde te pagaran por leer...

Y así estoy, como si tuviera catorce años otra vez. Sólo que más flácida y sintiendo la presión de  tener que aportar algo a la sociedad (pero con menos granos, eso también es verdad). Igual me pinto la raya del ojo negra y me voy a decir kawaii a alguna convención de anime. No sé.

Y es como si el mundo no colaborara. Che, ¿quieres dejar de girar hasta que yo me aclare? ¡No me ayuda nada la presión del tiempo, gracias!

En fin, aquí os dejo un divertido vídeo para que ignoréis todo lo anteriormente dicho. Pasad de mí y de mi mente quinceañera.