lunes, 6 de febrero de 2012

El futuro

Hace tiempo pasé una mala racha. Analizándolo fríamente, fue hace mucho, muchísimo tiempo. Pero siempre me ha perseguido. También ayuda que diversas enfermedades hayan derivado de aquello. Nada grave, ya sabéis. Tampoco fue una racha tan terrible, pero para la desajustada mente de una preadolescente, fue bastante arrollador y traumático.

El caso es que durante aquella mala racha, cuando mi mente se ejercitaba para evadirse a mundos más felices, adquirí la costumbre de escribir una especie de diario en clase, en las hojas del carpesano. Escribía sobre cosas que pensaba, o que me gustaría que pasaran, como la llegada de algún chico que se enamorara dramáticamente de mí y me cambiara la vida. O mi subida al pódium de las olimpiadas después de ganar la medalla de oro de judo (por aquel entonces me dio por el judo, no sé por qué. Tampoco llegué a practicarlo nunca), o un premio Nobel por una carrera literaria que levantaría los colores a Juan Ramón Jiménez.

El caso es que hay una de esas escrituras que me ha estado rondando últimamente. Recuerdo estar en clase, escribir, y desear desaparecer. No para siempre, sabía que aquella situación no podía durar mucho; pero quería desaparecer el tiempo suficiente para que las aguas volvieran a su cauce normal, y pudiera estar tranquila.
Recuerdo haber escrito que quería caer en un sueño profundo, y despertar los sufientes años más tarde, en mi propia casa, al lado de la persona amada. Y recuerdo imaginarme con los hombros desnudos, tumbada boca abajo en la cama de matrimonio, mirando el jardín a través de una gran cristalera en una habitación de suelo de parqué. Y a mi lado, una figura indefinida, que ahora se materializa con anchas espaldas y el cabello largo y rizado cayendo por su espalda.

Hoy me ha dado por pensar que ese futuro ya lo estoy viviendo en estos instantes. Estoy despertando al lado de mi persona amada. Evidentemente, aún falta para tener una casa de suelos de parqué con una cristalera que dé a un jardín verde, pero voy en el buen camino, lo siento, sé que voy por buen camino. Y creo que es la sensación más tranquilizadora que he sentido nunca.

Quizá los sueños sí se cumplan, al fin y al cabo.

2 comentarios:

  1. ^^ seguro que se cumple amor mio ^^

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  2. Chico de Relleno 427 de febrero de 2012, 6:03

    Yo soñaba con una fiera destructura que siguiera mis ordenes.
    A día de hoy tengo a mi hurón.

    Todo es ponerse, pero sí te empeñas en lo que quieres lo consigues.

    Ánimo

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